¿Habrá un país en este mundo que tenga un ejército, o una
policía, que en su historia de armas haya matado tantas, y tantas veces, a sus
propios conciudadanos?
Reviso la
historia de Chile y descubro que ha sido por la vía de las armas que se han
definido los caminos políticos y económicos de este país. Y siempre ha
resultado ser la oligarquía económica y política la que ordena, ejecuta y
triunfa. Jamás los trabajadores, campesinos, indígenas o simplemente ciudadanos
marginados del bienestar económico han obtenido por la vía armada un triunfo
real y significativo a su favor. Y lo paradójico es que mediáticamente siempre
se señala a los vencidos como los salvajes y violentistas. Chile ha crecido
como país en base a sucesivas e hipócritas acciones genocidas ejercidas por
castas políticas y económicas que tienen en el ejército y la policía un soporte
de fuego e imbecilidad siempre a su servicio.
Después de la Independencia, que no habría sido posible si
la ayuda del ejército argentino, Chile se volvió un usuario permanente de la
violencia a través del ejército para resolver sus “complicaciones” de
gobernabilidad. Así mataron a los Carrera, a Manuel Rodríguez… en fin, el
inicio de la “Fuerza” por sobre la “Razón”.
La Pacificación de La Araucanía, excusa política para
permitir la Colonización de tierras mapuche, significó más matanzas, nuevamente
con el ejército, y la policía, en su rol
de serviles asesinos. Las movilizaciones obreras en las salitreras del norte,
acalladas a fuerza de sangre y muerte, otra vez con el ejército como mano de gato
que usa la oligarquía gobernante para sacar esas “castañas” sin quemarse.
Siguen las matanzas en el centro con los alzamientos campesinos, los intentos
de la república socialista, las matanzas de yaganes y patagones en el extremo
sur por la supuesta fiebre del oro donde las orejas de los ”indios” tenían alto
precio. Y seguimos así por siempre. Sin dejar fuera el 11 de septiembre donde
nuevamente el ejército hace gala de su “valentía y gallardía” asesinando,
torturando, violando y denigrando a civiles compatriotas. Nuevamente azuzados y
guiados por ese poder invisible y siniestro que se esconde en la oligarquía
mezquina y sedienta de poder.
Y Ranquil, una comunidad cercana a Lonquimay, perdida entre
araucarias y aguas de nieve, también conoció de la “gallardía” de nuestro
ejército y de nuestra “honorables” carabineros.
Ha sido Cabildo Nuevo, una agrupación de destacados músicos,
quienes han entregado a la historia un testimonio poético-musical que se suma a
otros similares con la esperanza que. Más allá de su innegable valor artístico,
sirva para reforzar la Memoria Histórica Nacional y ojalá ayude a evitar la
reiteración de estas salvajadas gubernamentales.
La poesía de Patricio Kunz, revela esta epopeya en décimas
claras y precisas con la sonoridad de un métrica muy bien aplicada. Quienes
conocen las décimas de Violeta Parra, llenas de folclor y alma popular,
encontrarán en este trabajo Ranquil 1934, de Kunz, igual sentimiento de raíz
popular y de rabia por lo acontecido. Casi como si el autor hubiese sido un
testigo presencial de los terribles hechos narrados.
Cabildo nuevo tiene en esta región una historia musical que
avala su atrevimiento de alzar la voz y la música para ofrendar a la historia
una cantata denunciante como es Ranquil 1934. Son ellos músicos de profesión,
formación y afición. Por lo mismo no se les perdonaría una mala calidad sonora,
un desafinado o una salida de tono. Y no ocurrió, fue una interpretación
redonda y precisa, evidencia de un trabajo serio y a conciencia. Detalles
corregibles en la producción de sonido pueden ser mencionables aquí. Algunos
acoples ocasionales y mezcla de la voz del narrador con la música al mismo
volumen hicieron a ratos que costara escuchar nítidamente las interpretaciones.
Todo esto perfectamente corregible y que no tienen relación directa con el
trabajo presentado.
Osvaldo Salom, actor destacado de la escena regional y
nacional, entrega en su voz y su interpretación narrativa la fuerza y la emotividad
precisa. Logra calzar su lectura con los tiempos de ejecución musical y da los
tiempos y pausas precisas para que podamos ir digiriendo con calma esta
historia llena de dolor y valentía campesina.
Ranquil 1934, un trabajo poético musical basado en un hecho
histórico, no es en sí mismo un documento histórico objetivo, pues como otras Cantatas
similares que conocemos, está planteada desde la subjetividad de la emoción, el
arte y una memoria que no se ha descolonizado plenamente. Cabe mencionar por
ejemplo que casi el ochenta por ciento de los muertos eran pehuenches,
habitantes milenarios de esa zona, cuya presencia allí dificultaba los planes
gubernamentales de colonización y explotación de las tierras por parte de
empresas extranjeras, como la Sociedad Puelma Tupper, muy bien relacionada con
el gobierno de Alessandri. Más que una
revuelta obrera, como lo fue en las salitreras de Tarapacá, Ranquil fue en
esencia un genocidio intencional encubierto bajo la manta de un alzamiento
campesino-obrero. Excusa que venía muy bien a la sociedad burguesa capitalina
que ya estaba influida por la propaganda anticomunista de la época.
No puedo dejar de mencionar, quizás como el logro más
importante de esta producción poético musical de Cabildo Nuevo, el que haya
sido lograda sin el apoyo subsidiario de los diferentes organismos “oficiales”
de Arte y Cultura. No es primera vez que una producción de esta calidad se
enfrenta a la ceguera del gobierno. Y es vergonzoso saber que el único aporte
hecho por la máxima institución de la cultura y el arte nacional haya sido
financiar una mínima papelería, que ni siquiera alcanzó para hacerla en un
material digno de la relevancia del evento. Y se suma a este aporte paupérrimo
y vergonzoso la total ausencia de representantes oficiales de cultura, tanto
del gobierno regional como comunal. Aunque de la municipalidad de Temuco es
esperable pues su máxima autoridad es un
neófito declarado en materia de arte y cultura. Pero no es esperable de los
representantes del Consejo, que más allá de alguna diferencia ideológica, el cargo
público que ostentan les obliga, por decencia al menos, a estar presentes.
RANQUIL 1934, está ya en el aire y en la memoria, ahora
esperemos verla en más escenarios y en un producto tangible que nos permita compartirla
con otros en la intimidad de nuestra convicción. Se agradecen hitos como éste
que Cabildo nuevo ha logrado.
Con la esperanza que no tengamos que vivir nuevas masacres
como Ranquil, y que las futuras obras de arte sean basadas en conquistas de
Vida, de Amor y de Paz y no en muerte y abuso, miremos nuestra historia a ver
si aprendemos de una vez por todas dónde está el enemigo y dejemos de darles
nuestro voto y nuestra confianza a quienes nada dan por ello.
Temuco, 1 de Septiembre 2012.-
3 comentarios:
Se agradece crítica tan bien fudamentada y correcta. Sin alabanzas, ni salamerías, diciendo lo que hay que decir, sea bueno o malo.
Al fin siento una crítica real, verdadera y con altura de miras.
Gracias Malkiano.
Se agradece crítica tan bien fudamentada y correcta. Sin alabanzas, ni salamerías, diciendo lo que hay que decir, sea bueno o malo.
Al fin siento una crítica real, verdadera y con altura de miras.
Gracias Malkiano.
YO NO LO HUBIERA DICHO MEJOR
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