sábado, septiembre 01, 2012

Ranquil, poesía que duele en la memoria.


¿Habrá un país en este mundo que tenga un ejército, o una policía, que en su historia de armas haya matado tantas, y tantas veces, a sus propios conciudadanos? 

Reviso la historia de Chile y descubro que ha sido por la vía de las armas que se han definido los caminos políticos y económicos de este país. Y siempre ha resultado ser la oligarquía económica y política la que ordena, ejecuta y triunfa. Jamás los trabajadores, campesinos, indígenas o simplemente ciudadanos marginados del bienestar económico han obtenido por la vía armada un triunfo real y significativo a su favor. Y lo paradójico es que mediáticamente siempre se señala a los vencidos como los salvajes y violentistas. Chile ha crecido como país en base a sucesivas e hipócritas acciones genocidas ejercidas por castas políticas y económicas que tienen en el ejército y la policía un soporte de fuego e imbecilidad siempre a su servicio.

Después de la Independencia, que no habría sido posible si la ayuda del ejército argentino, Chile se volvió un usuario permanente de la violencia a través del ejército para resolver sus “complicaciones” de gobernabilidad. Así mataron a los Carrera, a Manuel Rodríguez… en fin, el inicio de la “Fuerza” por sobre la “Razón”.

La Pacificación de La Araucanía, excusa política para permitir la Colonización de tierras mapuche, significó más matanzas, nuevamente con el ejército, y la policía,  en su rol de serviles asesinos. Las movilizaciones obreras en las salitreras del norte, acalladas a fuerza de sangre y muerte, otra vez con el ejército como mano de gato que usa la oligarquía gobernante para sacar esas “castañas” sin quemarse. Siguen las matanzas en el centro con los alzamientos campesinos, los intentos de la república socialista, las matanzas de yaganes y patagones en el extremo sur por la supuesta fiebre del oro donde las orejas de los ”indios” tenían alto precio. Y seguimos así por siempre. Sin dejar fuera el 11 de septiembre donde nuevamente el ejército hace gala de su “valentía y gallardía” asesinando, torturando, violando y denigrando a civiles compatriotas. Nuevamente azuzados y guiados por ese poder invisible y siniestro que se esconde en la oligarquía mezquina y sedienta de poder.

Y Ranquil, una comunidad cercana a Lonquimay, perdida entre araucarias y aguas de nieve, también conoció de la “gallardía” de nuestro ejército y de nuestra “honorables” carabineros.

Ha sido Cabildo Nuevo, una agrupación de destacados músicos, quienes han entregado a la historia un testimonio poético-musical que se suma a otros similares con la esperanza que. Más allá de su innegable valor artístico, sirva para reforzar la Memoria Histórica Nacional y ojalá ayude a evitar la reiteración de estas salvajadas gubernamentales.

La poesía de Patricio Kunz, revela esta epopeya en décimas claras y precisas con la sonoridad de un métrica muy bien aplicada. Quienes conocen las décimas de Violeta Parra, llenas de folclor y alma popular, encontrarán en este trabajo Ranquil 1934, de Kunz, igual sentimiento de raíz popular y de rabia por lo acontecido. Casi como si el autor hubiese sido un testigo presencial de los terribles hechos narrados.

Cabildo nuevo tiene en esta región una historia musical que avala su atrevimiento de alzar la voz y la música para ofrendar a la historia una cantata denunciante como es Ranquil 1934. Son ellos músicos de profesión, formación y afición. Por lo mismo no se les perdonaría una mala calidad sonora, un desafinado o una salida de tono. Y no ocurrió, fue una interpretación redonda y precisa, evidencia de un trabajo serio y a conciencia. Detalles corregibles en la producción de sonido pueden ser mencionables aquí. Algunos acoples ocasionales y mezcla de la voz del narrador con la música al mismo volumen hicieron a ratos que costara escuchar nítidamente las interpretaciones. Todo esto perfectamente corregible y que no tienen relación directa con el trabajo presentado.

Osvaldo Salom, actor destacado de la escena regional y nacional, entrega en su voz y su interpretación narrativa la fuerza y la emotividad precisa. Logra calzar su lectura con los tiempos de ejecución musical y da los tiempos y pausas precisas para que podamos ir digiriendo con calma esta historia llena de dolor y valentía campesina.

Ranquil 1934, un trabajo poético musical basado en un hecho histórico, no es en sí mismo un documento histórico objetivo, pues como otras Cantatas similares que conocemos, está planteada desde la subjetividad de la emoción, el arte y una memoria que no se ha descolonizado plenamente. Cabe mencionar por ejemplo que casi el ochenta por ciento de los muertos eran pehuenches, habitantes milenarios de esa zona, cuya presencia allí dificultaba los planes gubernamentales de colonización y explotación de las tierras por parte de empresas extranjeras, como la Sociedad Puelma Tupper, muy bien relacionada con el gobierno de Alessandri.  Más que una revuelta obrera, como lo fue en las salitreras de Tarapacá, Ranquil fue en esencia un genocidio intencional encubierto bajo la manta de un alzamiento campesino-obrero. Excusa que venía muy bien a la sociedad burguesa capitalina que ya estaba influida por la propaganda anticomunista de la época.

No puedo dejar de mencionar, quizás como el logro más importante de esta producción poético musical de Cabildo Nuevo, el que haya sido lograda sin el apoyo subsidiario de los diferentes organismos “oficiales” de Arte y Cultura. No es primera vez que una producción de esta calidad se enfrenta a la ceguera del gobierno. Y es vergonzoso saber que el único aporte hecho por la máxima institución de la cultura y el arte nacional haya sido financiar una mínima papelería, que ni siquiera alcanzó para hacerla en un material digno de la relevancia del evento. Y se suma a este aporte paupérrimo y vergonzoso la total ausencia de representantes oficiales de cultura, tanto del gobierno regional como comunal. Aunque de la municipalidad de Temuco es esperable pues su máxima autoridad es un  neófito declarado en materia de arte y cultura. Pero no es esperable de los representantes del Consejo, que más allá de alguna diferencia ideológica, el cargo público que ostentan les obliga, por decencia al menos, a estar presentes.

RANQUIL 1934, está ya en el aire y en la memoria, ahora esperemos verla en más escenarios y en un producto tangible que nos permita compartirla con otros en la intimidad de nuestra convicción. Se agradecen hitos como éste que Cabildo nuevo ha logrado.

Con la esperanza que no tengamos que vivir nuevas masacres como Ranquil, y que las futuras obras de arte sean basadas en conquistas de Vida, de Amor y de Paz y no en muerte y abuso, miremos nuestra historia a ver si aprendemos de una vez por todas dónde está el enemigo y dejemos de darles nuestro voto y nuestra confianza a quienes nada dan por ello.

Temuco, 1 de Septiembre 2012.-

3 comentarios:

osvaldo dijo...

Se agradece crítica tan bien fudamentada y correcta. Sin alabanzas, ni salamerías, diciendo lo que hay que decir, sea bueno o malo.
Al fin siento una crítica real, verdadera y con altura de miras.
Gracias Malkiano.

osvaldo dijo...

Se agradece crítica tan bien fudamentada y correcta. Sin alabanzas, ni salamerías, diciendo lo que hay que decir, sea bueno o malo.
Al fin siento una crítica real, verdadera y con altura de miras.
Gracias Malkiano.

Anónimo dijo...

YO NO LO HUBIERA DICHO MEJOR