¿Quién define
Pero, ¿Quién define lo que es terrorismo o no? Ciertamente lo hace quien en determinado momento posee el control político y mediático de una, o varias, naciones. Y todo lo que se oponga al establecimiento de su doctrina o su ambición es “terrorismo”, y los hechos y actos que provienen de este poder y que causan mayor y más profundo daño no son terrorismo sino justificadas acciones en pro del bien común, casi como el argumento bélico que dice que “la guerra garantiza la paz”, una estupidez por donde se la mire.
Si analizamos detenidamente la historia reciente del planeta y nos preguntamos ¿Qué país es el único que ha usado armas nucleares contra otros pueblos? ¿Qué país ha invadido y asesinado civiles usando falsas justificaciones como pretexto para sus acciones? ¿Qué país ha sido capaz de elaborar un sangriento complot dentro de su propia nación, con miles de civiles muertos, para justificar el ataque a una nación supuestamente “terrorista”? ¿Qué país a financiado y entrenado a ejércitos ajenos para que realizan golpes de estado y establezcan gobiernos afines a su política económica exterior? ¿Qué país se ha negado reiteradamente a firmar el Protocolo de Kyoto que busca aminorar el daño ecológico en el mundo causado por el calentamiento global? Si todo lo anterior, y más antecedentes aun largos de detallar, no son considerados como “terrorismo” entonces qué es.
Para el gobierno de Chile las acciones de los activistas mapuche, así como la de los ecologistas y medio ambientalistas que buscan detener el caos y la depredación en nuestras tierras, son considerados terroristas. Procesados y encarcelados como tal. Incluso, Chile es el único país donde un incendio de dudoso origen contra un bosque artificial, perteneciente a un particular, fue catalogado de “incendio terrorista”… ¿A quién le produjo terror ese incendio? ¿Al País? ¿A la región? ¿A la ciudad? ¿A mí?... no, sólo le produjo terror al poder político que succiona el órgano genital del poder económico, en este caso “el particular afectado”.
Si usamos ese tipo de mirada respecto a cómo catalogar el término “terrorista” y definimos que: Luchar y/o oponerse a toda forma de abuso desmedido, usufructuación ilegal de bienes comunes, como el territorio o los recursos naturales, así como defender bajo cualquier método el patrimonio social y cultural de un pueblo, la libertad de la gente y el derecho a educación salud y vivienda digna, son “actos terroristas”, entonces ciertamente somos terroristas, puesto que generamos en los ámbitos del poder político y económico un gran terror. Terror a que pierdan sus regalías, a que pierdan sus cuotas de poder, a que pierdan todos los beneficios ganados por la explotación del hombre y la mujer, a que pierdan el sitial de dominadores que poseen y desde donde controlan a su antojo el devenir de los pueblos. Y es tan grande el terror que tienen que prefieren gastar fortunas en represión y crimen antes que gastar en bienestar y reparación.
Obviamente las FARC han tomado la decisión de responder con la violencia a la violencia mayor que llega desde un estado súbdito del gobierno norteamericano, que es definitivamente, desde nuestra mirada, el mayor y más peligroso agente terrorista de la actualidad. Y las FARC, el FZLN, el FPMR, OLP, Al-JAZEERA, y otros “ejércitos terroristas” (incluida nuestra local y pintoresca CAM) son simples y corrientes “pandillas de barrio” comparadas con el US-ARMY, el brazo armado del verdadero “eje del mal” liderado por un dipsómano disléxico severamente paranoico y fanático religioso que ve en su existencia la encarnación de Rambo Godzilla y Supermán.
Y aunque no todos tengan los ojos abiertos lo suficiente como para ver más allá de su tarjeta de crédito, algunos “terroristas” seguimos intentando de diversas formas y maneras pellizcarle la piel a esta bestia gigante que avanza destruyendo el futuro. Esperamos que algún día seamos muchos más los “terroristas” y podamos establecer un mundo más justo, solidario y libre… tres conceptos que producen un infinito terror ¿o no?.
Terrorismo?
A raíz de las últimas novedades y noticias llegadas desde la zona fronteriza entre Ecuador y Colombia ha estado apareciendo en los medios (o “miedos”) de comunicación con bastante parafernalia el término “terroristas de las FARC”, generando así un prejuicio y una predisposición de la opinión pública a establecer como tácito que las FARC son “terroristas”.
A raíz de las últimas novedades y noticias llegadas desde la zona fronteriza entre Ecuador y Colombia ha estado apareciendo en los medios (o “miedos”) de comunicación con bastante parafernalia el término “terroristas de las FARC”, generando así un prejuicio y una predisposición de la opinión pública a establecer como tácito que las FARC son “terroristas”.
Pero, ¿Quién define lo que es terrorismo o no? Ciertamente lo hace quien en determinado momento posee el control político y mediático de una, o varias, naciones. Y todo lo que se oponga al establecimiento de su doctrina o su ambición es “terrorismo”, y los hechos y actos que provienen de este poder y que causan mayor y más profundo daño no son terrorismo sino justificadas acciones en pro del bien común, casi como el argumento bélico que dice que “la guerra garantiza la paz”, una estupidez por donde se la mire.
Si analizamos detenidamente la historia reciente del planeta y nos preguntamos ¿Qué país es el único que ha usado armas nucleares contra otros pueblos? ¿Qué país ha invadido y asesinado civiles usando falsas justificaciones como pretexto para sus acciones? ¿Qué país ha sido capaz de elaborar un sangriento complot dentro de su propia nación, con miles de civiles muertos, para justificar el ataque a una nación supuestamente “terrorista”? ¿Qué país a financiado y entrenado a ejércitos ajenos para que realizan golpes de estado y establezcan gobiernos afines a su política económica exterior? ¿Qué país se ha negado reiteradamente a firmar el Protocolo de Kyoto que busca aminorar el daño ecológico en el mundo causado por el calentamiento global? Si todo lo anterior, y más antecedentes aun largos de detallar, no son considerados como “terrorismo” entonces qué es.
Para el gobierno de Chile las acciones de los activistas mapuche, así como la de los ecologistas y medio ambientalistas que buscan detener el caos y la depredación en nuestras tierras, son considerados terroristas. Procesados y encarcelados como tal. Incluso, Chile es el único país donde un incendio de dudoso origen contra un bosque artificial, perteneciente a un particular, fue catalogado de “incendio terrorista”… ¿A quién le produjo terror ese incendio? ¿Al País? ¿A la región? ¿A la ciudad? ¿A mí?... no, sólo le produjo terror al poder político que succiona el órgano genital del poder económico, en este caso “el particular afectado”.
Si usamos ese tipo de mirada respecto a cómo catalogar el término “terrorista” y definimos que: Luchar y/o oponerse a toda forma de abuso desmedido, usufructuación ilegal de bienes comunes, como el territorio o los recursos naturales, así como defender bajo cualquier método el patrimonio social y cultural de un pueblo, la libertad de la gente y el derecho a educación salud y vivienda digna, son “actos terroristas”, entonces ciertamente somos terroristas, puesto que generamos en los ámbitos del poder político y económico un gran terror. Terror a que pierdan sus regalías, a que pierdan sus cuotas de poder, a que pierdan todos los beneficios ganados por la explotación del hombre y la mujer, a que pierdan el sitial de dominadores que poseen y desde donde controlan a su antojo el devenir de los pueblos. Y es tan grande el terror que tienen que prefieren gastar fortunas en represión y crimen antes que gastar en bienestar y reparación.
Obviamente las FARC han tomado la decisión de responder con la violencia a la violencia mayor que llega desde un estado súbdito del gobierno norteamericano, que es definitivamente, desde nuestra mirada, el mayor y más peligroso agente terrorista de la actualidad. Y las FARC, el FZLN, el FPMR, OLP, Al-JAZEERA, y otros “ejércitos terroristas” (incluida nuestra local y pintoresca CAM) son simples y corrientes “pandillas de barrio” comparadas con el US-ARMY, el brazo armado del verdadero “eje del mal” liderado por un dipsómano disléxico severamente paranoico y fanático religioso que ve en su existencia la encarnación de Rambo Godzilla y Supermán.
Y aunque no todos tengan los ojos abiertos lo suficiente como para ver más allá de su tarjeta de crédito, algunos “terroristas” seguimos intentando de diversas formas y maneras pellizcarle la piel a esta bestia gigante que avanza destruyendo el futuro. Esperamos que algún día seamos muchos más los “terroristas” y podamos establecer un mundo más justo, solidario y libre… tres conceptos que producen un infinito terror ¿o no?.
Malkiano.
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