Estimados:
He sabido que ustedes están preparando celebraciones por los cien años de mi nacimiento. Si estuviera entre ustedes, el Che Guevara en junio cumpliría 80 años.
Ustedes deben saber que desde la década de 1970 soy un aficionado a la informática. Fui el primer presidente de América Latina en adoptarla. Gracias a un voluminoso computador y a una red de máquinas de telex —el proyecto Cybersyn— mi gobierno manejaba la economía de Chile. Ahora quizá el Internet les ayude a entender mejor la comunicación entre las vidas terrestre y eterna. Desde aquí veo la emisión y al emisor. Desde ahí ustedes ven la emisión, no el emisor. Y todo en tiempo real, lo cual desafía la incredulidad de muchos…
Converso con frecuencia con Perón, Jango y Arbenz sobre nuestros gobiernos. No estábamos preparados para implantar el socialismo por decreto. Intentamos poner un remiendo nuevo en un paño viejo, observó el otro día san Pedro al lamentar, en una pesca, el fracaso de
En esa brecha las fuerzas burguesas y conservadoras lograron abrir un foso entre la izquierda y el pueblo. Aquellos que en
En un mundo bipolar, calentado por
No evité la dictadura de Pinochet (además puedo asegurar que él no se encuentra aquí con nosotros; no sé qué habrá sido de él), pero salvé mí coherencia de vida y de principios. No me arrepiento de haber luchado hasta el fin. Un militante de izquierda, insiste el Che, puede perderlo todo, incluso la vida, menos la moral.
El ciclo de las dictaduras militares atrasó en todos los sentidos el proceso civilizatorio de nuestros países. Ni desde el punto de vista capitalista tuvo éxito. Erigió la corrupción como intrínseca a la acción política del estado, endeudó a nuestros países y desencadenó inflaciones enormes. Sin hablar de las atrocidades cometidas.
Acabadas las dictaduras vino el ciclo de los gobiernos neoliberales, con los mismos dueños del poder, ahora disfrazados de demócratas. Y nuestros países fueron gobernados por figuras siniestras y corruptas como Collor en Brasil, Menem en Argentina, Fujimori en Perú, Carlos Andrés Pérez en Venezuela…
Ahora se inaugura el tercer ciclo de estas últimas décadas: el democrático-popular. Miro con alegría y optimismo los gobiernos de Chávez, Lula, Morales, Correa y Lugo. La elección de Ortega en Nicaragua y la prometedora transición de poder en Cuba, rumbo al perfeccionamiento del socialismo, son también indicios de esa Primavera Democrática que florece en gran parte de América Latina, repudiando el Alca y estrechando lazos de solidaridad entre nuestros pueblos a través del Alba, del Mercosur, de
Lo bueno de vivir en la eternidad es que desde aquí se observa mejor lo que pasa en
Si pretenden escapar de ese peligro, aseguren la gobernabilidad también con el apoyo y movilización de movimientos sociales organizados en barrios, iglesias, sectores de trabajo. Fortalezcan los sindicatos combativos, el movimiento estudiantil, las ONG confiables. Apóyense en los sintierra y sintecho; en los movimientos indígenas, negros, de género y de derechos humanos. Cuanto más organizada esté la sociedad civil, más empoderamiento popular habrá. Este es el camino para la democracia participativa.
Apóyense en partidos ideológicamente consistentes (traten de crearlos, en caso de que no existan), desarrollen un intenso trabajo de formación de militancia, no cometan el grave equívoco de, confiando en su propio carisma, ceder a la tentación del neocaudillismo y suprimir las mediaciones institucionales entre gobernante y gobernados. Sepan que los pobres no se contentan con discursos sectarios, sino con la conquista de derechos elementales, como alimentación, salud y educación. No basta con asegurarles, a través de políticas compensatorias, un ingreso que los libre de la miseria. Es necesario adoptar políticas emancipatorias, de modo que tengan acceso a los medios de producción, como la tierra, y puedan generar su propio ingreso, sin permanecer dependientes del estado.
No confundan, como hicieron muchos de mi generación, el tiempo personal con el tiempo histórico. Aunque no participen en la cosecha, estén dispuestos a morir como semillas. Pongan las condiciones adecuadas para que América Latina se libre de la injerencia de
Pongan en la agenda los grandes temas de la coyuntura internacional. Gandhi está escandalizado con el hecho de discutir tanto sobre la producción de etanol, alimento para 800 millones de vehículos automotores, sin que se discuta cómo nutrir a 854 millones de personas en situación de desnutrición crónica, ni una alternativa a este modelo individualista que insiste en definir al ser humano como un animal dotado de seis piernas…
Tomen en sus manos la bandera de la preservación del medio ambiente, que sensibiliza a pobres y ricos. Impidan que
Conmemoren mis 100 años con la mirada en el futuro, convencidos de que el socialismo es el nombre político del amor.
¡Ánimo!
Desde
Salvador Allende
Original de Frei Betto en alainet.org
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