lunes, diciembre 04, 2006

Crónica Malkiana 26


LA MUERTE RONDA A LA MUERTE

Ya nada sorprende mucho a estas alturas de la historia nacional de la infamia.
Que el anciano y decrépito dictador esté nuevamente a orillas del Aqueronte esperando al barquero que le lleve a los infiernos no es novedad para muchos. Ya antes eludió la mano de la justicia usando su acostumbrada cobardía y sus tretas de enfermo senil. Y aunque ahora parece que es en serio tampoco genera mucha expectación.
Al mísero ex general lo han olvidado hasta sus antiguas sanguijuelas que succionaron con su venia la sangre de nuestro país, engordando a la vista del amo cual cerdos para embutidos. Ya no están sus ancianas fans que agitaban las pocas joyas que les quedaron después de entregarlas con inocente fe a las arcas de la dictadura, arcas que no fueron otra cosa sino los joyeros picantes de la cónyugue bastarda del verdugo uniformado.
Y la prensa le dedica portadas tan sólo porque su historia oscura aun vende ediciones, y se agitan algunas mentes pensando en sus funerales, quizás morboseando sobre la hora en que se vea a los supuestos defensores de la democracia rindiendo honores al asesino primario, al sumo mortis, a la sombra fétida de nuestra historia civil.
Yo no puedo dejar de esbozar un rictus en mi boca al pensar en el día aquel. Ver las caras hipócritas de quienes hagan llegar su pésame a la familia criminal.
Cuando hay que sacar la basura tan solo la embolsamos, la llevamos al basurero y la arrojamos lejos, nadie, creo yo, se despide de sus deshechos lamentando la partida.
La muerte está rondando a la muerte. Se ha demorado en venir porque ella trata bien a sus amigos, a sus colaboradores, a sus esbirros. Esta vieja flaca y fea ya le echó el ojo al canallesco esperpento que a estas alturas de su vida se la pasa defecándose en sus pantalones y oliendo a cadáver, mientras su familia se desespera en la impotencia de ver perder los millones que se fugan de sus arcas corruptas.
Veo en los noticieros las escasas manos que aplauden y alientan al canalla, y sólo me queda pensar en “dime a quien admiras y te diré lo que eres”… también veo a otros que irrumpen con su desenfado apurando a la muerte para que haga la justicia que el hombre no ha sido capaz de hacer. Veo los enfrentamientos y veo el banquete mediático que hace la prensa con estos hechos. Pero hay algo que no veo en la televisión ni en los diarios, y es aquello que está en la intimidad de la tierra, en el fondo de las rocas, en las profundidades del mar, en cuevas aun no encontradas, en el silencio de anónimas tumbas, en los muros húmedos y olvidados de viejas cárceles. Eso que está flotando en un aire ámbar sobre nuestra memoria: es el dolor, los gritos, los llantos, el sonido de la sangre sobre el piso, de la piel desgarrada, quemada, mutilada, de los rostros masacrados, de las costillas quebradas, de las manos atadas, de los cuerpos violados, las uñas arrancadas, los genitales destrozados, los ojos vaciados, el sonido silencioso de la muerte clandestina y macabra que resuena en la memoria larga de este país ingrato. Hay tanto dolor acumulado, que no se puede comprender.
Yo no hablo por nadie más que por mí, y si por mí alguien más se siente hablado, lo siento, siento mucho que también conozcas ese sonido. Y a quien le moleste esta crónica le disculpo su sordera, su ceguera y su estupidez.
La muerte está rondando a la muerte. Caronte el barquero espera que su pasajero suba pero no sabe si llevarlo al infierno o en un acto de justicia sobrenatural, arrojarlo por la borda en mitad del río para que su castigo sea jamás morir y jamás vivir.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Es una crónica completa, somos muchos los que hemos sentido estos signos. Sin duda se trata de una nueva treta del asesino, pero al menos, el día que de verdad se muera, no será con dignidad.

Anónimo dijo...

¡¡¡Juerte, el juerte!!!

Anónimo dijo...

Que se lo lleve la muerte espantable y seca. Pero preferiría que hubiese purgado sus culpas aquí en la tierra, como debe ser. Nadie nos garantiza que existe el infierno (bueno yo lo he conocido, pero aquí en la tierra). En todo caso, como nada podemos esperar de nuestra atrofiada justicia. Por lo menos celebremos su muerte,salgamos a bailar por las calles, hagamos un carnaval, realicemos un zahumerio para alejar las malas vibras que deja, y después lloremos por su herencia, su legado inmundo que esta"desconcertación" ha sabido trabajar muy bien, demasiado bien. Por último un malo menos y que pudra y se lo coman los gusanos, que pena por los gusanos esa carne putrefacta hasta a ellos los va a asquear.

stress-sado dijo...

mmm a mi lo que me molesta es que al viejocu se lo juzgue por la plata que se ha rovado, y que nadie reclame por la cantidad de muerte y tortura que impuso, como si eso ya estubiera superado....
al morirse solo nos terminara de culiar a todos, morira con un a sonrisa el viejoemierda, porque a pesar de que todos le tnemos bronca, ninguno fue capaz de darle su merecido y el viejo esta ahi paraito, como una lechuga, incluso hay guones que lo defedienden...

Anónimo dijo...

Mucha paja en los comentarios compañeros. Tambien consigo en su lectura una elevada dosis de adherencia al personaje.
Yo veo que esto que vibra alrededor llamado epoca, historia, o tiempo tiene una aceleracion que nos impele a dejar atras todo tipo de catarsis , lamentaciones y todo tipo de sintoma que nos ate al pasado.La consigna, amigos es aterrizar, y para eso se requiere coraje y atencion.